Maria Antònia Salvà (Palma, 1896 - Llucmajor, 1958) fue la primera poeta moderna en catalán. Formada en el ambiente culto de la Renaixença mallorquina, se dio a conocer en la última década del siglo XIX, bajo la influencia de Miquel Costa i Llobera. En un primer momento, su obra se inserta en la temática rural de la denominada Escuela Mallorquina, con poemas emblemáticos sobre la casa solariega de s'Allapassa (Llucmajor), sobre las labores y la gente del campo que tienen como transfondo las canciones y las coplas populares, muy vivas en la Mallorca de su tiempo y expressión de un mundo rural ancestral. Más tarde contacta con la generación de poetas más jóvenes, como el mallorquín Miquel Ferrà o el catalán Josep Carner, que la da a conocer en Barcelona, especialmente, con la traducción de
Mireia (1917) de Frederic Mistral. De su obra destacan los poemarios
Espigues en flor (1926),
El retorn (1934), y
Lluneta del Pagès (1952). También destaca como traductora y en el cultivo de la prosa. Entre los autores traducidos, se encuentran Alessandro Manzoni, Giovanni Pascoli o Francis Jammes. En relación a la prosa, cabe citar
Viatge a Orient (1907), no publicado hasta el año 1998 y, sobre todo, los textos reunidos en
Entre el record i l'enyorança (1955).
Como ha ocurrido con otras escritoras históricas, la obra de Maria Antònia Salvà ha tenido que superar los prejuicios que socialmente han situado la literatura escrita por mujeres en un segundo nivel. Sin embargo, en la actualidad se la considera un clásico moderno.